Andrea Morcillo Cornejo

Desde infancia, he estado rodeada de personas que convivían con dolor, y con el paso de los años me di cuenta de que el dolor estaba muy normalizado dentro de la sociedad y de que era mucho más común de lo que podía imaginarme. Dentro de la frustración por entender e intentar buscar soluciones al dolor encontré la fisioterapia, una profesión que me brinda la oportunidad de ayudar a las personas que sufren dolor además de seguir aprendiendo y crecimiento, tanto a nivel personal como profesional cada día.

Creo que INDOL es el sueño de cualquier profesional sanitario, más que un equipo es una familia, donde todos juntos remamos con un objetivo común, ayudar a las personas. 

A menudo, los pacientes requieren una atención que va más allá de la fisioterapia, por lo que trabajar en un equipo multidisciplinar, donde cada miembro aporta su perspectiva, sus conocimientos y experiencias nos permite abordar de manera global las necesidades de cada paciente y ofrecerle una atención lo más completa y eficaz posible. 

Lo que más me gusta de trabajar con pacientes es tener la oportunidad de poder acompañarlos durante todo el proceso y el tiempo de calidad que se comparte durante las sesiones. Me parece increíble tener la oportunidad de escuchar sus historias, comprender sus necesidades y compartir sus desafíos.  No hay nada que me parezca más gratificante en mi trabajo que poder ver a mis pacientes alcanzar sus objetivos, sin duda alguna, ellos son los que me hacen querer mantenerme actualizada y darlo todo en cada sesión. 

Cada paciente es un reto, y por tanto, una oportunidad de ayudar, aportar y crecer.

En mi tiempo libre, aprovecho al máximo una variedad de actividades que me llenan de energía. El deporte es mi mejor aliado para desconectar y recargar pilas, y el gimnasio es mi refugio para liberar tensiones y mantenerme en forma. Sin embargo, más allá de las pesas y las máquinas, encuentro una fuente inagotable de felicidad en el tiempo compartido con mis seres queridos, ya sea disfrutando de una comida, compartiendo un café o simplemente manteniendo una conversación.

Además, me encanta perderme entre las páginas de un buen libro, ya sea para aprender algo nuevo o simplemente para escapar de la realidad por un rato. Por otro lado, las películas son mi escape perfecto cuando necesito evadirme de la rutina diaria.