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El dolor crónico y sus diferentes aristas afectan, hoy en día, a un amplio porcentaje de la población. Por ejemplo, solo en España, se estima que 1 de cada 4 personas sufre algún tipo de dolor crónico, lo que, sin duda, es un hecho muy significativo sobre su alcance e incidencia actual.

En este sentido, el dolor crónico ha sido durante muchos años, y a nuestro entender, uno de los grandes olvidados de la sanidad. Es cierto que determinar su origen siempre ha estado en las mesas de debate durante años. Sin embargo, en la actualidad, y gracias a los avances en investigación, ya podemos tener la certeza de que factores genéticos, y epigenéticos, así como nuestro propio día a día se encuentran entre las principales causas lo que nos permite realizar un abordaje de ese dolor de una manera precisa y adaptada a cada paciente.

Al margen, durante los últimos años, se ha venido dando mayor visibilidad desde instituciones públicas y privadas al dolor crónico y a la necesidad de investigar y trabajar sobre ello en base a su capacidad para alterar y afectar en la calidad de vida de los pacientes.

Cada vez son más los estudios, grupos de investigación – de los que en muchos casos formamos parte los profesionales de INDOL – y proyectos, que permiten avanzar en el conocimiento y concienciación sobre el dolor crónico.

Recientemente ha sido publicado el “Barómetro del dolor crónico en España” realizado desde la Fundación Grünenthal para el estudio del dolor junto con el Observatorio del dolor, y cuyas principales conclusiones compartimos a continuación para seguir visibilizando e intentando concienciar por el alcance del dolor crónico en la actualidad.

 

¿Qué es el dolor crónico?

Antes de empezar, es importante determinar qué es el dolor crónico y entender que el dolor es una sensación producida por nuestro cerebro con independencia de su tipología o duración.

En este caso, el dolor crónico lo podemos definir como aquel que persiste en el tiempo, incluso después de su curación en el caso de lesiones musculares, tejidos u óseas, por ejemplo, por un tiempo superior a 3 o 6 meses y que se relaciona con una reacción del sistema nervioso.

 

¿Cómo afecta el dolor crónico a los pacientes?

El dolor crónico es realmente complejo. Por un lado, debemos diagnosticar su origen y realizar el abordaje correcto que ayude al paciente a recuperar su calidad de vida y olvidar ese dolor.

Sin embargo, algo que nunca debemos pasar por alto es cómo afecta ese dolor en la vida de las personas.

Al inicio del artículo indicamos que el dolor crónico tiene muchas aristas. No debemos quedarnos solo con el dolor físico que provoca a las personas que conviven con ello a diario, también en cómo ese dolor afecta su estado de ánimo, su vitalidad, su relación con otras personas o, a su descanso. Es necesario entender que el dolor crónico es el causante de un problema físico, pero también de cómo influye en el bienestar emocional de los pacientes y trabajar sobre ello.

Nunca debemos pasar por alto la relación bidireccional, por así decirlo, que existe entre el dolor crónico físico y el emocional.

 

El dolor crónico en España

Los datos actuales nos demuestran como el dolor crónico es un problema cada vez más grande en España. Como hemos dicho, y ahora lo veremos reflejado en los datos del “Barómetro del dolor”, el dolor crónico comienza a ser una realidad que afecta no solo a las personas, sino también al sistema sanitario por el aumento de las consultas y costes asociados.

Para que nos hagamos una idea, por ejemplo, el dolor crónico es en este momento uno de los principales motivos de baja laboral en España.

Si hablamos de cifras, como indica el estudio de la Fundación Grünethal, el 25,9% de la población adulta española padece dolor crónico.

Según los datos reflejados, el tiempo medio que los pacientes sufren o conviven con el dolor crónico es de 8 años y medio, lo que hace entender como su calidad de vida se ve afectada tanto desde un punto de vista físico como psicológico. Además, cerca del 60% definen su dolor como agudo y un 6% como “insoportable”.

En cuanto a la localización de ese dolor destacan sobre el resto el dolor lumbar, dolor en extremidades y/o articulaciones, el dolor de espalda y el dolor generalizado.

 

¿Influyen la edad y el sexo en el dolor crónico?

Desde un punto de vista demográfico, el estudio arroja las diferencias que el dolor crónico muestra según la edad y el sexo de los afectados.

De esta manera, la prevalencia del dolor crónico en España es mucho mayor en mujeres (30%) que en los hombres (21%) hecho que puede estar relacionado directamente con factores hormonales o biológicos.

En cuanto a la edad, se aprecia una pirámide que indica que, en términos generales, la incidencia del dolor crónico aumenta con la edad. Así pues, la incidencia por grupos de edad es la siguiente:

  • 55 a 75 años: 30,6%
  • 35 a 54 años: 26,9%
  • 18 a 34 años: 18,8%

Aquí es importante matizar que el envejecimiento es un factor que puede derivar en un aumento del dolor crónico, pero ello equivale a que no se deba convivir con el dolor como algo normalizado por el paso de los años.

Se debe trabajar y abordar ese dolor para mejorar la calidad de vida y lograr un envejecimiento totalmente saludable.

 

Abordaje del dolor crónico en INDOL

En INDOL consideramos fundamental personalizar cada caso y cada tratamiento para lograr nuestro objetivo y poder ayudar a nuestros pacientes. Entendemos que el dolor crónico debe ser siempre abordado de una manera integral y desde las diferentes áreas que pueden estar relacionadas.

Por tanto, creemos necesario que el paciente no solo deba recibir una atención por parte de un equipo médico o del equipo de fisioterapeutas, también un abordaje en el que le ayudemos a mejorar su estado emocional e, incluso, revisar y definir un plan de hábitos saludables que le ayuden a mejorar tanto su estado como la gestión de este dolor.

En INDOL apostamos por un abordaje del dolor basado en un equipo interdisciplinar que nos permita tener un enfoque de 360º con nuestros pacientes:

  • Área médica: responsable del diagnóstico, la regulación farmacológica de los pacientes y de las pruebas de imagen necesarias.
  • Equipo de psicología: responsables del control y el trabajo sobre los aspectos emocionales en los que impacta el dolor de la persona.
  • Equipo de nutricionistas: son los encargados de la regulación y equilibrio del sistema neuroendocrino, digestivo y la microbiota intestinal que está tan afectada en estos pacientes.
  • Equipo de fisioterapia: responsables de los aspectos anatómicos, estructurales o musculoesqueléticos que participan en el dolor de las personas.
  • Equipo de ejercicio: responsable de evaluar y diseñar ejercicios que nos permitan conseguir potenciar el resto de los tratamientos.

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