UNIDAD DE DOLOR CRÓNICO
El dolor es más que una señal de alarma sobre un daño en los tejidos (piel, músculos, huesos, articulaciones, etc.)
Es un proceso multidimensional que incluye las experiencias previas, los antecedentes culturales, las motivaciones y el entorno social y familiar (Childs y cols., 2004).
Por ello, cuando se convierte en dolor crónico, la experiencia va más allá que la mera alteración física, y afecta a las relaciones sociales, al equilibrio emocional y a la actividad intelectual.
Entendemos por dolor crónico es aquel que se prolonga más allá del tiempo de curación de los tejidos y/o por más de 3-6 meses. Hoy, en sí mismo, el dolor crónico está considerado como una enfermedad, no solo un síntoma, que afecta a más del 20% de la población y a unos 10 millones de españoles.
En muchos casos, el dolor crónico cursa con sensibilización central, caracterizada por la amplificación de las señales neuronales dentro del sistema nervioso. Esto provoca:
El dolor crónico presenta los siguientes síntomas:
- Dolor persistente, experiencia dolorosa amplificada frente a estímulos nociceptivos (presión, golpe, arañazo) y/o dolor frente a estímulos no nociceptivos (roce de una sábana, agua caliente, cambios de temperatura, presión atmosférica).
- Sensación de rigidez.
- Alteraciones del sueño: dificultad para conciliar el sueño, despertares nocturnos por el dolor, sueño ligero, etc.
- Cansancio generalizado o fatiga.
- Alteraciones cognitivas: déficit de atención, concentración, velocidad de reacción, hipervigilancia hacia el dolor, catastrofismo.
- Síntomas emocionales: estrés, miedo al dolor, percepción de injusticia, ira, síntomas de ansiedad y/o depresión, entre otros.
- Cambios de rutina: malos hábitos de vida (mala alimentación, tabaquismo, abuso de fármacos), falta de actividad física, evitación de actividades sociales, etc.
¿Cómo lo tratamos?
Nuestras especialidades y unidades asistenciales que intervienen en el tratamiento del dolor.
El dolor tiene unas características multidimensionales que hacen que el mejor tratamiento para el dolor crónico sea, en la mayoría de los casos, un trabajo interdisciplinar y coordinado por parte de profesionales de diferentes especialidades. Éstos hacen una valoración y diagnóstico previos individualizado para garantizar un abordaje personalizado e integral del dolor de cada paciente, que es igualmente único.
Área Médica
En esta área trabajan de forma coordinada traumatólogos, reumatólogos, oncólogos y anestesistas especializados en dolor que ayudan al paciente, según el origen de su dolor, emitiendo un diagnóstico, regulando la toma de la medicación necesaria en cada momento, y buscando a medio o largo plazo que el paciente pueda, en la medida de lo posible, vivir sin medicación. Además, orientan al paciente con dolor crónico con información actualizada y científica para su tratamiento y realizan otras intervenciones en caso de que así se requiera (infiltraciones, derivaciones a otras especialidades médicas, cirugías, etc.).
Educación en Dolor
Trabaja desde la Educación en Dolor, que trabaja para que el paciente conozca el máximo posible su dolor y cómo afrontarlo, desde una perspectiva más amplia y actualizada. Actualmente, se ha comprobado que cuanto más conocemos nuestro dolor, más posibilidades tenemos de gestionarlo, porque reduce la incertidumbre y los miedos que conllevan síndrome de tan complejas características como el dolor crónico.
Fisioterapia y Ejercicio Terapéutico
La Fisioterapia funciona como una “píldora analgésica” para las personas con dolor crónico, porque reduce el dolor a corto plazo. Con el Ejercicio Terapéutico conseguimos que estas mejoras se mantengan en el tiempo y se produzcan otros cambios positivos en la capacidad física, la funcionalidad y la calidad de vida. El Ejercicio Terapéutico es una intervención de primera elección, junto con otros tratamientos y el abordaje específico del resto de componentes del dolor (cognitivos, emocionales y sociales).
Psicología
Desde el apoyo psicológico se trabaja el componente cognitivo y la esfera emocional que afecta a este sufrimiento, incorporando herramientas como:
- Intervenciones cognitivo-conductuales
- Meditación y mindfulness
- Entrenamiento neurocognitivo
- Higiene del estrés y el sueño
Nutrición
La nutrición es fundamental para el manejo del dolor crónico. Hoy se conocen múltiples alimentos proinflamatorios que pueden agravar un cuadro doloroso, además de otros muchos antioxidantes y antiinflamatorios que pueden ayudar a mejorarlo y frenarlo en algunos casos. Por ello es importante estar asesorado por un profesional especialista en este ámbito.