El dolor de cervicales, el dolor cervical, es una dolencia muy frecuente y uno de los principales motivos de consulta.
Por lo general, este dolor tan localizado suele relacionarse con problemas musculoesqueléticos, ya sea por consecuencia de las propias vértebras, los músculos o ligamentos localizados, aunque es cierto que hay cierta facilidad, por así decirlo, que lo que empieza siendo un dolor cervical se extienda por otras zonas del cuerpo, como los hombros, la mandíbula o la espalda, incluso acabe provocando dolor lumbar.
Hay muchos factores que influyen en la aparición y perpetuación de este dolor cervical, como algunas posturas mantenidas, el uso excesivo de pantallas y dispositivos electrónicos, o la inactividad física. El hecho de que sea un problema muy común no debe hacer que no tomemos acción contra él. También la llegada del teletrabajo ha contribuido a que se haya producido un aumento en las consultas de pacientes que manifiestan este dolor cervical. Es importante atajar el problema adecuadamente, o incluso prevenir su aparición futura todo lo posible.
Pero, ¿son estas las únicas causas? En absoluto. Como veremos a continuación el origen de este dolor cervical puede ser muy diverso, lo mismo que las diferentes patologías que podemos relacionar desde la aparición del dolor cervical.
¿Qué es el dolor cervical?
El dolor cervical lo podemos definir como el dolor que se localiza en el cuello, ya sea por delante o por detrás, en la parte cervical de la columna.
Esta zona de la columna que compone el cuello está formada, como hemos mencionado, por 7 vértebras y todo un conjunto de articulaciones, ligamentos, nervios y músculos que entre otras cosas confieren la flexibilidad propia del cuello y ayudan a sujetar tanto la cabeza como el cuello, de ahí su importancia y el rápido malestar que nos genera este dolor en cuanto aparecen sus primeros signos.
De igual forma, en la importancia y función que tiene el área cervical, debemos explicar la importancia que tienen recurrir a un profesional cuando aparecen molestias y dolor en esta zona.
¿Cuál puede ser el origen del dolor cervical y cuáles son sus principales síntomas?
Como hemos visto, el origen del dolor cervical puede ser diversos, por varios factores y diferente en cada persona.
No debemos olvidar mencionar que el dolor cervical puede ser consecuencia de otras patologías, ya sean reumáticas, como la artritis, o por lesiones musculoesqueléticas localizadas en zonas que influyen en el cuello como los hombros o la mandíbula (el dolor de cuello es común en personas con bruxismo, por ejemplo), o incluso estar provocado por episodios de estrés muy pronunciados y prolongados que den lugar a la sobrecarga muscular de la zona.
También debemos hablar de traumatismos o golpes, como el latigazo cervical cuando sufrimos una colisión con nuestro coche, y que pueden tener un impacto de forma directa en nuestras cervicales y en nuestra calidad de vida.
Al margen de esto, no podemos olvidar que una de las causas más comunes sigue siendo el dolor de origen muscular, y que con frecuencia asociamos a una mala postura o una debilidad muscular en la zona, siendo importante el papel del ejercicio terapéutico en los pacientes que sufren dolor cervical.
Igualmente, podemos encontrar el origen del dolor cervical en la afección o comprensión de los nervios localizados en la zona cervical y que probablemente requiere de un tratamiento más complejo.
En relación a los síntomas, los pacientes, además del dolor cervical, pueden presentar otros, tales como dolor de cabeza o migraña, fatiga, problemas visuales, mareo, inestabilidad, tensión mandibular, miedo al movimiento del cuello, entre otros, que en definitiva, reducen la calidad de vida de quienes lo padecen.
¿Puede el dolor cervical convertirse en crónico?
Como prácticamente cualquier dolor, el cervical también es susceptible de cronificarse.
Si recordáis, como comentábamos al principio del artículo, un problema frecuente asociado al dolor cervical es su cotidianidad, lo que hace que no se le preste la atención suficiente.
Todos hemos sufrido episodios de dolor cervical que nos ha durado unos pocos días, incluso seguro hemos recurrido a la automedicación para aliviar los síntomas.
No obstante, que desaparezca el dolor no significa que la zona no comience a estar dañada, que no sea el principio de una lesión o que al no tratarse con un especialista y simplemente aliviar los síntomas, vuelva a aparecer el dolor a los pocos días.
Es cierto que la mayoría de los casos en los que una persona sufre un dolor cervical suele ser leve y estar asociado con causas musculares o posturales, pero si se trata de algo más o menos recurrente sobre lo que no nos ponemos en manos de profesionales, hay un riesgo importante de que ese dolor se cronifique.
Recordad que el dolor cervical también puede ser responsable de migrañas, sensación de fatiga, incluso mareos y sensación creciente de malestar y ansiedad cuando el dolor no desaparece, por lo que puede llegar a afectarnos en nuestro día a día si no recurrimos a la ayuda de los profesionales especializados.
Tratamiento del dolor cervical en INDOL
En INDOL contamos con nuestra propia Unidad Especializada en el Dolor Orofacial y Cervical con el objetivo de llevar a cabo la valoración, el tratamiento y el seguimiento de la población pediátrica y adulta con dolor musculoesquelético y patologías que envuelvan diferentes regiones anatómicas:
- Cara: neuralgia del trigémino, parálisis facial, distonía focal, dolor en la región facial
- Cuello: cervicalgia o dolor de cuello, whiplash o latigazo cervical, cervicobraquialgia, hernia cervical, artrosis…
- Mandíbula: dolor articular o artralgias, dolor muscular o mialgias, luxaciones o desplazamientos del disco, bruxismo nocturno o diurno.
- Oído: dolor de oído, tinnitus o acúfenos, vértigos y otros problemas de origen vestibular.
- Procesos pre y postquirúrgicos.
Para el diagnóstico y el abordaje del dolor cervical, en INDOL apostamos un enfoque 360º en el que interrelacione la fisioterapia con otras áreas como psicología, nutrición, odontología y las especialidades médicas correspondientes de forma que podamos realizar un diagnóstico y tratamiento integral que nos permita ayudar al paciente a eliminar su dolor y enseñarle las herramientas para la prevención de futuras dolencia en la zona afectada.