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El embarazo es un momento único y especial en la vida de una mujer. Albergar durante 9 meses y sentir como va creciendo su bebé es una sensación y experiencia increíble y un sueño hecho realidad para la mayoría de ellas.

Desde un punto de vista físico, por así decirlo, la gestación es también un momento de profundo cambio para la mujer y que llega a afectar al propio organismo.  Y lo mismo podemos decir sobre el parto. Un momento especial en la vida de una mujer pero que puede ocasionar un impacto muy notable en su cuerpo.

En este sentido, uno de los grupos de músculos que se pueden ver más afectados en las mujeres tanto por el embarazo como por el parto son los que forman el llamado “suelo pélvico”.

En INDOL contamos con nuestra Unidad de Dolor Pélvico así como la Unidad de Dolor en el Embarazo y Postparto para realizar un abordaje y tratamiento de sus síntomas y ayudar a recuperar su funcionalidad de la mejor forma y en el menor tiempo posible.

A continuación, vamos a explicaros qué es, cuál es su función y la importancia en nuestro día a día, especialmente de las mujeres.

¿Qué es el suelo pélvico?

El suelo pélvico es un conjunto de músculos, ligamentos y fascias que se encuentran en la parte inferior de la pelvis y que recogen, por así decirlo, órganos vitales como la vejiga, el útero, el recto o la vagina.

Además, es importante tenerlo en cuenta en todas las etapas de nuestra vida, desde la infancia hasta la vejez y ya seamos hombres o mujeres, ya que juega un papel importante en numerosas funciones como la continencia de la orina o heces, la función sexual o la función amortiguadora de la columna.

¿Cuál es el impacto del embarazo para el suelo pélvico?

El embarazo es una etapa de profundo cambio para el cuerpo de la mujer. Según avanza la gestación, nuestro cuerpo siente el desarrollo de nuestro bebé pero también se va preparando para el momento del parto.  No debemos olvidar que el embarazo no solo provoca cambios físicos, también cambios hormonales.

Si extrapolamos esto al suelo pélvico de las mujeres, teniendo en cuenta los músculos que lo componen y su función, es fácil imaginar que durante el embarazo se pueden ver afectados.

Como hemos mencionado, debemos tener en cuenta que el aumento de peso y el crecimiento del útero conforme el bebé va creciendo, van a producir una presión mayor sobre el suelo pélvico por lo que los músculos se verán obligados a soportar una carga mayor que puede llegar a debilitarlos.

Al margen, según el bebé aumenta de tamaño y de peso, también es mayor la presión que sentimos en el abdomen, especialmente en los órganos que recoge el suelo pélvico y que pueden llegar a comprometer la funcionalidad de los músculos que los sostienen.

No olvidemos tampoco que, según van pasando los meses, el cuerpo de la mujer también se va preparando para dar a luz expandiendo el útero y haciendo que se estiren los músculos propios del suelo pélvico. Esta elongación o estiramiento excesivo de los músculos va a hacer que pierdan el tono necesario para mantener su correcta funcionalidad.

Por último, respecto a los cambios hormonales propios del embarazo, el aumento en la producción de ciertas hormonas para conseguir una mayor relación de los músculos y ligamentos de cara al parto, también pueden tener el efecto inverso y debilitar la estabilidad necesaria para el suelo pélvico.

¿Cómo afecta el parto al suelo pélvico?

El momento del parto es, generalmente, un momento de gran impacto para el cuerpo de una mujer. En el caso del suelo pélvico, durante el parto el cuerpo ejerce una gran presión sobre el suelo pélvico que puede ocasionar algunos daños bastante considerables.

Pensad que, durante el parto, los músculos del suelo pélvico se dilatan y estiran dejando paso para el bebé, lo que puede provocar un estiramiento excesivo de los músculos, incluso ocasionar desgarros de diversa consideración en función de la complejidad del parto.

En algunos casos, el debilitamiento del suelo pélvico debido al parto puede provocar el prolapso de órganos pélvicos, en el que el útero, la vejiga o el recto desciende debido a la falta de soporte muscular.

¿Cuáles son los principales síntomas que indican algún tipo de problema en el suelo pélvico?

Cuando el suelo pélvico de una mujer ha quedado debilitado como consecuencia del embarazo y del parto, es común que aparezcan algunos síntomas que, además de afectar en su día a día y en su calidad de vida, pueden llegar a ser ciertamente incómodos.

Estos síntomas no son iguales para todas las mujeres. Incluso es normal que varíen en intensidad y que cada mujer muestre solo algunos de ellos, pero sí es importante tenerlos muy en cuenta y ponerse en manos de especialistas a la menor sospecha.

Los síntomas principales que nos indican que el suelo pélvico está afectado son:

  • Pérdidas involuntarias de orina o heces, que pueden ocurrir al toser, reír, estornudar o, incluso, al hacer deporte.
  • Dolor al orinar y estreñimiento.
  • Sensación de peso o presión en la pelvis.
  • Dolor o incomodidad en la región pélvica, lumbar o abdominal.
  • Dolor, incomodidad o pérdida de sensibilidad durante el acto sexual.
  • Sensación de que algo sobresale de la vagina, lo que puede indicar el desplazamiento de algún órgano pélvico.

¿Cómo tratamos la recuperación del suelo pélvico en INDOL?

Después de todo lo anterior, podemos entender que la recuperación del suelo pélvico puede verse influenciada desde diferentes áreas.

En INDOL, siempre abordamos los problemas de nuestras pacientes desde un punto de vista 360º en el que nuestras diferentes áreas forman un equipo multidisciplinar para perfeccionar el diagnóstico y poner en marcha tanto el tratamiento más preciso y personalizado como su seguimiento.

En el caso del suelo pélvico, y con el objetivo de que los músculos recuperen su tensión y funcionalidad, al margen de un diagnóstico médico especializado, es importante contar con el equipo de fisioterapia, encargado de diseñar y acompañar en los ejercicios que pueden devolver esta tensión, pero también con nuestros nutricionistas para establecer los mejores hábitos de vida que favorezcan y ayuden a la parte física.

Al margen en los casos donde este dolor es prolongado y afecta a la calidad de vida de las pacientes, en INDOL incorporamos nuestra unidad de psicología, para acompañar y trabajar con la paciente el aspecto emocional.

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