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Todos sabemos que la alimentación es uno de los pilares básicos que nos ayudan a mantener una buena salud. Junto al ejercicio físico, cómo nos alimentamos tiene, también, mucho que decir en la prevención de enfermedades, así como de accidentes cardiovasculares, incluso respiratorios.

Os podemos asegurar que, en términos de salud, casi todo lo que imaginemos va a tener una relación más o menos directa con la alimentación.

En el caso del dolor, especialmente del dolor crónico, y aunque os pueda sorprender, la alimentación tiene una influencia muy notable respecto al dolor crónico de las personas, incluso viceversa, viéndose potenciado el dolor en función de los alimentos que ingerimos.

Con motivo del Día Mundial de la Alimentación, vamos a profundizar en la relación entre el dolor y los alimentos.

¿Cómo es la relación entre el dolor y la alimentación?

Dolor y alimentación están muy ligados entre sí. De hecho, debemos decir que es una vinculación en ambas direcciones ya que, por así decirlo, lo que comemos puede afectar al dolor y viceversa, el dolor también condiciona nuestra alimentación.

Pensemos, por introducir dos ejemplos sencillos, en los alimentos proinflamatorios, que tienen la capacidad de aumentar la sensación de determinados dolores, o como un exceso de peso debido a unos malos hábitos alimenticios puede perjudicar a nuestro organismo y provocar o agravar dolores.

Así pues, sabemos que una buena nutrición, equilibrada y con el aporte de nutrientes adecuado, contribuye a mantener y mejorar el buen funcionamiento de los sistemas inmunitario, nervioso o endocrino. todos ellos con una relación directa con la percepción del dolor. Lo mismo que un peso adecuado ayuda a reducir la presión sobre las articulaciones y aliviar muchos de los dolores musculoesqueléticos.

Por el lado contrario, una alimentación deficiente impacta de forma negativa en enfermedades crónicas que pueden ir acompañadas o generar un dolor crónico como la diabetes o las enfermedades cardiovasculares.

No olvidemos tampoco que una mala alimentación da lugar a mayor sensación de cansancio o fatiga, lo que nos lleva a niveles más altos de sedentarismo.

Al margen, diferentes estudios confirman que ante situaciones en las que una persona padece un dolor crónico, su organismo presenta mayor estrés oxidativo y niveles de inflamación en el organismo que pueden empeorar tanto la salud como el dolor y afectar tanto al sistema cardiovascular como al nervioso.

La importancia del abordaje del dolor crónico desde el punto de vista nutricional

En INDOL siempre creemos en la importancia de un diagnóstico totalmente personalizado por el abordaje y tratamiento del dolor en el que confluyan nuestras diferentes áreas profesionales, desde la médica o el área de fisioterapia, hasta el aspecto psicológico del dolor.

Con todo lo anterior, entendemos que no es posible desligar el dolor crónico del aspecto nutricional.

Un análisis detallado de los hábitos alimentarios del paciente, así como una adecuación de éstos hacia un plano saludable y un diseño de un plan nutricional adecuado, son también claves en el tratamiento del dolor y en la mejora de la calidad de vida del paciente.

No olvidemos tampoco, que cada vez es más frecuente encontrarnos con pacientes que muestran intolerancias ante determinados alimentos, por lo que conviene realizar un estudio en profundidad por si las intolerancias fueran la causa del dolor.

¿Puede una dieta adecuada ayudarnos a mejorar los síntomas del dolor?

Aunque nos cueste, es importante que a veces tengamos la visión de nuestro cuerpo y nuestro organismo como si fuera una máquina o un reloj que en el que todas las piezas deben funcionar de la forma adecuada. En este caso, signo de que tenemos una salud de hierro.

Desde el punto de vista de la alimentación, nuestro cuerpo nos demanda unos nutrientes, unas calorías, para su correcto funcionamiento, por lo que, si nos pasamos, o no le damos las que necesita, nuestro cuerpo puede resentirse.

Desde un punto de vista nutricional o dietético, debemos ajustar nuestra dieta a las necesidades de nuestro cuerpo para recibir todos esos nutrientes necesarios.

Es importante que predominen, por tanto, los alimentos vegetales frente a los animales, evitar alimentos ultraprocesados y altos en azúcar y acompañarlo con una buena hidratación.

Todo esto lo debemos completar con alimentos que sean ricos en sustancias antioxidantes y antiinflamatorias como los presentes en las vitaminas C y E o alimentos ricos en omega-3.

Unidad de Nutrición de INDOL

Como acabamos de ver, la nutrición constituye uno de los pilares básicos para el mantenimiento de la salud y de nuestra vitalidad, así como para la prevención y tratamiento de múltiples patologías.

Podemos afirmar que lo que ingerimos cada día y cómo lo hacemos, favorece nuestra salud y nos ayuda a mejorar ciertas patologías o, por el contrario, agravan los síntomas del dolor.

En INDOL trabajamos con una propuesta de alimentación saludable analizada y adaptada al estilo de vida de cada persona, a su entorno, características y patologías e incluso a las bacterias que conviven en el organismo.

Podéis consultar más información sobre nuestra Unidad de Nutrición pinchando aquí.

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