Se empieza a acercar la Navidad y seguro que somos muchos los que ya tenemos la agenda llena de compromisos con amigos y compañeros para las tradicionales cenas y comidas, y todo ello sin contar los días señalados en los que disfrutamos de la familia alrededor de la mesa.
No podemos negar que en estas fechas todos cometemos excesos, comemos de más y nos damos el lujo de disfrutar y pasar un poco más por alto las pautas nutricionales.
Bien es cierto que es Navidad y también debemos (y merecemos) disfrutar como tal.
Sin embargo, como vimos hace algunas semanas por el Día Mundial de la Alimentación, lo que comemos tiene una relación directa sobre el dolor, sobre todo en los casos de dolor crónico, siendo un factor que puede aumentar o hacer disminuir la percepción que tenemos del dolor.
¿Queremos decir con esto que debemos tener un especial cuidado o mantener ciertas restricciones en Navidad?
Es perfectamente posible disfrutar de todas las comidas propias de estos días y conjugar, a la vez, un tipo de alimentación que nos afecte lo menos posible en esa relación con el dolor, aumentando, por ejemplo, los alimentos antiinflamatorios en nuestras comidas y cenas ante esos excesos que se avecinan.
A continuación, hemos preparado una pequeña guía con los alimentos y pautas nutricionales que más os pueden beneficiar y ayudar estas Navidades.
La Dieta Mediterránea, nuestra gran aliada
Cuando se habla de alimentación, siempre debemos tener presente la accesibilidad que tenemos para disfrutar de la Dieta Mediterránea.
Sus beneficios para nuestra salud son bien conocidos, aunque conviene recalcar su importancia para reducir los problemas cardiovasculares o la hipertensión, pero también el papel tan importante que juega en contra de factores de riesgo para el dolor crónico como son el exceso de peso y la obesidad.
Al margen, como sabéis, se trata de un tipo de alimentación en la que las frutas y las verduras juegan un rol principal. En España tenemos la gran suerte de disponer de multitud de frutas y verduras de temporada y que nos permiten disfrutar de todos sus nutrientes y propiedades especialmente relevantes, en este caso sus propiedades antiinflamatorias.
Alimentación antiinflamatoria en Navidad
Como bien indica su nombre, los alimentos antiinflamatorios nos ayudan a reducir o evitar la inflamación de nuestro organismo gracias a sus nutrientes en los que predominan los antioxidantes, las vitaminas y los minerales.
Se trata de alimentos, además, que mejoran nuestra digestión y ayudan a fortalecer nuestro sistema inmunológico.
Así pues, algunos alimentos que os recomendamos para que estén presentes en vuestros menús navideños son:
- Verduras de hoja verde: las espinacas, la col rizada o las acelgas contienen vitamina K, que nos ayuda a reducir la inflamación, así como minerales que ayudan a prevenir la salud muscular. Además, por sus propiedades, se trata de alimentos que ayudan a procesar y eliminar de nuestro organismo las toxinas presentes en alimentos procesados y en las bebidas con alcohol.
- Aguacate: los aguacates contienen diferentes nutrientes antiinflamatorios como omega-3 y vitaminas A, C y E, que ayudan a reducir la producción de sustancias inflamatorias en el organismo y regulan el conocido como “colesterol malo” y los triglicéridos.
- Pescados ricos en omega-3: los pescados grasos como el salmón o el atún fuentes con un contenido muy importante de omega-3 lo que causa un efecto antiinflamatorio natural muy considerable, además de ayudarnos a reducir los niveles de triglicéridos y a mantener la presión arterial.
- Especias antiinflamatorias: existen especias con un importante poder antiinflamatorio como la cúrcuma, el jengibre o la canela. Además, todas ellas mejoran la digestión y ayudan a evitar molestias estomacales tan propias de estos días por la cantidad de comidas, cenas y celebraciones que realizamos de forma casi constante en Navidad.
- Frutos secos: los frutos secos, como las nueces y las almendras, son ricos en omega-3 y ácidos grasos monoinsaturados. Además, favorecen la salud cardiovascular.
- Frutos rojos: los frutos rojos, como los arándanos, las frambuesas, las cerezas o las moras, son ricas en vitamina C que ayuda a combatir a los radicales libres, son antioxidantes y mejoran nuestra respuesta inmunitaria.
- Chocolate amargo: el chocolate amargo (el que posee al menos un 70% de cacao en su composición) es también un importante antiinflamatorio.
- Té verde: el té verde contiene nutrientes que ejercen una acción antiinflamatoria, por lo que son recomendables después de las comidas copiosas propias de estos días.
Recomendaciones y pautas generales para una correcta alimentación:
Al margen de estos alimentos que son los más indicados para disfrutar de las celebraciones navideñas y prevenir que la alimentación pueda ser un foco de dolor, es importante mantener unas pautas continuas que nos ayuden a encontrarnos lo mejor posible.
De forma general, una buena alimentación que sea beneficiosa para evitar la inflamación y el dolor debe basarse en:
- Consumir 5 piezas de fruta o verdura al día
- Incluir pescado y legumbres 4 veces por semana
- Incluir dos raciones de carne blanca por semanas
- Incluir dos veces por semana el consumo de huevos y queso fresco
- No ingerir más de una ración de carne roja a la semana
- Consumo de carbohidratos siempre de bajo índice glucémico
Unidad de Nutrición de INDOL
En INDOL disponemos de nuestro propio equipo especializado en nutrición desde donde realizamos un abordaje completo del paciente y basándonos, entre otras, en una educación nutricional personalizada para llegar al objetivo de cada paciente y que el aprendizaje durante el tratamiento quede integrado para siempre.
Como hemos visto a lo largo de nuestro artículo, la nutrición constituye uno de los pilares básicos para el mantenimiento de la salud y de nuestra vitalidad, así como para la prevención y tratamiento de múltiples patologías. Comemos cada día y según cómo lo hagamos podemos estar favoreciendo la salud y mejorando nuestras patologías o, por el contrario, empeorando la situación.
En INDOL queremos que nuestros pacientes obtengan una propuesta de alimentación saludable, adaptada al estilo de vida de cada persona, incluso a su propia microbiota y que así la alimentación sea un pilar esencial para hacer frente al dolor.